lunes, 30 de mayo de 2011

Defensa del hombre gris: ¿quiénes son los excluidos sociales?

Defensa del hombre gris: ¿Quiénes son los excluidos sociales?
Lic. Horacio Bernardo
proximafrase@yahoo.com

Toda exclusión social está compuesta, al menos, de tres elementos: personas excluidas, sufrimiento percibido a raíz de la exclusión, y la posibilidad de realizar acciones concretas desde el cuerpo social para revertir o compensar dicho sufrimiento. Preguntar filosóficamente sobre quiénes son los excluidos se hace relevante porque, más allá de los asuntos políticos coyunturales, es necesario reflexionar y detectar, desde el fundamento vivencial, cuáles son las personas y padecimientos concretos sobre los que es necesario tomar alguna acción.
En el imaginario social, cuando se habla de exclusión social se piensa en una noción muy parcial, asociándola erróneamente con casi un único concepto: el de miseria. Así, el excluido pasa a ser únicamente el indigente, el individuo que no accede a servicios básicos, no tiene condiciones sanitarias mínimas o está por debajo de la línea de pobreza. Ese imaginario ha de ser cuestionado para poder esbozar un estudio desde otra perspectiva. Para ello ha de partirse por preguntar cuáles son los modos en los que una sociedad puede incluir a un individuo o un conjunto de ellos, para visualizar, por contraposición, de qué modos puede excluirlos. Los modos de inclusión pueden ser, al menos, dos: la inclusión material y la inclusión discursiva.
Una sociedad incluye materialmente a uno o más individuos, cuando les otorga la posibilidad de vivir en el espacio físico de dicha sociedad, insertarse al aparato productivo-laboral y tener acceso a las instituciones (salud, educación, etc.). Por contrario, la exclusión material opera cuanto más elementos de los señalados se les sean negados.
Por otra parte, una sociedad incluye discursivamente a uno o más individuos cuando construye un discurso público en torno a él o ellos, un relato, un conjunto de noticias, motivos de orgullo, de alarma o preocupación etc. Por contrario, los excluye discursivamente cuando estos elementos son nulos o casi inexistentes, operando una difuminación de esa clase de personas (anonimato, desconocimiento)
A la luz de estos dos conceptos, el de exclusión material y discursiva, podremos comenzar a comprender quiénes son los excluidos en una sociedad como la nuestra, a través de dos tipos de excluidos, a los que llamaré el hombre marginal y el hombre gris.

El hombre marginal

El hombre marginal es el tipo de individuo que padece, en mayor o menor medida, la exclusión material. Así, ese estar “al margen” es un estar casi afuera del cuerpo social. Dicha exclusión es física, pues lo lleva a vivir a las periferias de las ciudades. Es laboral, pues sus condiciones socio-culturales le permiten acceder solamente a trabajos de escasísimo valor, cuando no lo excluyen totalmente del sistema productivo. Y es institucional, pues las condiciones antes señaladas los ponen lejos de las posibilidades de acceso institucional efectivo.
Pero mientras el hombre marginal es excluido materialmente, algo lo salva de la exclusión total, ya que es incluido discursivamente. Así, al mismo tiempo que lo segrega, el cuerpo social construye una serie de discursos (gubernamentales, económicos, sociales) que lo vuelve a traer al tapete en forma de lo que se habla, defiende o debate acerca de dicho tipo de hombre. Temas como la seguridad pública o las necesidades básicas insatisfechas pasan a formar parte del universo de la actualidad. Desde la vivencia social cotidiana, constituye dos grandes tipos de discursos: el del terror y el de la caridad. Terror porque desde la óptica interna a la sociedad, el hombre marginal aparece como aquel que puede atacar, robar, o aquel en quien cualquiera de los miembros puede llegar a convertirse si no cumple con las pautas sociales mínimas establecidas. Caridad, por contrario, porque el discurso abarca la conciencia de que esos individuos deberían poder ser incluidos, debiéndosele compensar económica y moralmente. En esta dualidad terror-caridad, se resuelve entonces dos cuestiones: se toma conciencia de la problemática marginal y, adicionalmente, se solicitan o instrumentan políticas basadas en la situación de emergencia social. Así, de la exclusión material, pasando por la inclusión discursiva, la sociedad intenta compensar el sufrimiento que genera.

El hombre gris

El hombre gris encarna el segundo modo de exclusión, mucho más sutil que el anterior. El hombre gris es el individuo o conjunto de individuos que, sin padecer la exclusión material, padecen la exclusión discursiva. Son personas anónimas, insertas y funcionales al cuerpo social, que acceden más o menos de forma adecuada a una vivienda, a puestos de trabajo y a las instituciones. El hombre gris es el conjunto de hombres y mujeres que no sobresalen ni por bien, ni por mal, no son ricos ni muy pobres, no poseen gran poder ni cualidades sobresalientes, ni generan disturbios, reclamos ni problemáticas de gran magnitud. Incluidos en el cuerpo social, su exclusión es discursiva porque, o bien no se dice nada de ellos, o bien lo que se dice es únicamente humillante, de modo tal que nadie es capaz de reconocerse vivencialmente en ese discurso y propiciar reclamos sociales a partir de él.
En la historia de la filosofía reciente, existen referencias análogas a este tipo de hombre. Así, será “el hombre mediocre” para J. Ingenieros, o “el hombre masa” para J. Ortega y Gasset, o el que tiene “miedo a la libertad” según E. Fromm, o el hombre reprimido, unidimensional, consumista, en otros planteos intelectuales de los años 60. En el discurso coloquial actual, se le aplicarán dos conceptos negativos adicionales: cobardía y fracaso. A partir de estas afirmaciones, procederá la más silenciosa de las exclusiones sociales, en las que participará el propio excluido.
Sucede entonces una paradoja, ya que mientras es muy fácil afirmar la existencia de hombres y mujeres grises en nuestra sociedad, será muy difícil encontrar quien sea capaz de decir “yo soy un hombre gris” o “yo soy una mujer gris” y expresar su sufrimiento a partir de su condición, ya que todo lo que rodea ese rótulo roza lo indigno. Detrás de ese silencio o negación de sí, el hombre gris queda excluido del discurso público pues no hay un cuerpo de individuos que pueda ejercer reclamo alguno ni instituciones (gobierno, sociedad) que los visualicen. Esta exclusión aparece en la vivencia cotidiana a través de la dupla culpa-culpabilización, porque o bien el individuo admite ser un hombre gris, siente culpa por ello y se llama al silencio, o bien lo niega y culpabiliza a los otros. Los hombres grises abundan en la sociedad pero nadie sabe quiénes son. De ese modo, sucede algo desolador: existe un conjunto enorme de personas que no tienen discurso público que los represente ni apoye, y sus sufrimientos, padecimientos o tragedias cotidianas no entran ni pueden entrar en la agenda de problemáticas sociales. Así, mientras para la situación del hombre marginal hay una búsqueda compensatoria de soluciones, el hombre gris queda sumido en el más profundo de los desamparos. Su padecimiento social (rutina, ausencia de sentido, economía mínima, frustración, etc.) sólo puede ser resuelto en la órbita de lo médico, lo psicológico, lo individual, mientras que la sociedad asiste a la difuminación de estas personas que no es capaz de ver ni escuchar, cuando, en definitiva y desde sus puestos anónimos, son los que sostienen el mismo orden social que los desprecia y excluye.

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viernes, 25 de marzo de 2011

¿Cómo comprender el presente?

¿Cómo comprender el presente?
Lic. Horacio Bernardo
Columna: Preguntas Filosóficas
Revista Caras y Caretas 18.03.2011

Existe la creencia errónea de que comprender el presente es una tarea reservada a expertos o analistas. Sin embargo, cada individuo necesita formarse una idea de lo que se conoce como la actualidad para poder tomar decisiones adecuadas en su cotidianeidad. Desde este punto de vista, se hace relevante la pregunta sobre cómo es posible dicha comprensión. Para ello es necesario estudiar los modos en los que podemos caer en error y creer que nos hemos formado una idea adecuada del presente cuando, en realidad, no es así. Existen al menos tres falacias (razonamientos incorrectos que aparentar ser válidos) de falsa comprensión del presente que analizaré a continuación. Con distinto grado de sutileza, todas ellas terminan por dejar en estado de ignorancia a individuos que creen estar al tanto de una realidad que desconocen.

Falacia de la información – Esta es la modalidad más extendida, y consiste en creer que comprender el presente es equivalente a estar informado. Si bien es evidente que para formarse una idea de la actualidad no basta con la mera acumulación de noticias, el ideal de la sociedad informada crea la ilusión de que ambas acciones son equivalentes. Nuevos medios de comunicación, mensajes y hechos en tiempo real. El acceso a la información se convierte en símbolo de democracia, pluralidad e inclusión social. El resultado, sin embargo, es la generación de una cantidad de datos tan inabarcable que impide todo análisis o reflexión.
La falacia parte de la creencia de que la información puede ser una “foto” neutral de la realidad, y de que si los individuos contaran con todos los “fragmentos” de dicha foto podrían formarse una idea perfecta del conjunto. Siendo que la información no es neutral ni abarcable por persona alguna, esta falacia crea una necesidad permanente (e imposible) de actualización, una dependencia hacia los medios de comunicación y un sutil estado de ignorancia, escudado en la complejidad de una realidad imposible de conocer. Hace aparecer, asimismo, al periodista como presunto analista habilitado del presente, legitimado a su cercanía con la información, e independientemente de su meditación y reflexión real sobre la misma.

Falacia económico-política – Esta falacia consiste en creer que comprender el presente es equivalente a poder explicarlo en términos de causas políticas o económicas. Basta para ello ver el peso excesivo que se le da a los sucesos políticos o económicos en los medios de prensa o ámbitos de debate. Sin negar la importancia de dichas disciplinas, se produce una visión parcial del presente, subordinando todo otro aspecto. Así, temas como la educación o la salud pasan a formar parte de la actualidad sólo cuando hay una decisión política o cuestiones presupuestales en juego. Asimismo, cuestiones que no pueden ser abordadas desde estas perspectivas (afectividad, espiritualidad, temáticas existenciales) pasan a grado secundario, médico o banal, perdiendo toda posibilidad de integrar cualquier conjunto de hechos relevantes.
En nuestro país dicha falacia puede rastrearse a través de causas históricas. La política brinda la ilusión de explicación integral por constituir un pilar fundamental de nuestra nacionalidad. Tras la construcción artificial del Estado Uruguayo (Convención Preliminar de Paz, 1828) y de la Batalla de Carpintería (1836), buena parte del siglo XIX trasladó el nacionalismo al ámbito político, sustituyendo la identificación nacional por las divisas blanca y colorada. Adicionalmente, la fuerte influencia que el batllismo imprimió en la idiosincrasia del siglo XX, contribuyó a crear un imaginario en el que la política era constitutiva del ser-uruguayo. Por otra parte, la centralidad económica en nuestro país, se vincula a la idea de intelectualidad comprometida con el presente que proviene, al menos, desde la época de la generación de Marcha (1939-1974). Sin contar el detalle de que Carlos Quijano profesaba la economía, el socialismo crítico que marcó a la clase intelectual consideraba las instancias económicas como elemento particularmente central en relación al orden social. Este hecho, dejó signada la huella de que la explicación económica debía ser elemento fundamental de una comprensión “comprometida” de la realidad social, en la que la cotidianeidad del individuo quedaba implícitamente incluida.
Tras la dictadura, la cual desdibujó el mapa político e intelectual que sostenía aquella visión, la falacia económico-política elevó indebidamente a políticos, politólogos, economistas y cientistas sociales a la categoría de analistas comprometidos con el presente, agregando en el imaginario social la idea de que pensar la realidad insumía un conocimiento técnico o político casi inaccesible al ciudadano común.

Falacia científica – Vinculada a las dos falacias anteriores, la falacia científica consiste en creer que comprender el presente es equivalente a tener un conjunto de datos justificados científicamente. Basada en la creencia errónea de la objetividad de la ciencia, dicha falacia ha otorgado gran influencia a la estadística, las encuestas de opinión y los sondeos, los cuales son tomados como método por el cual la actualidad puede ser descubierta en tiempo real. Asimismo, estadísticos y analistas de datos pasan a ser especies de “dueños del presente”, adquiriendo incluso el poder de influir sobre la realidad que están describiendo (piénsese, por ejemplo, en los estudios de opinión pública o la enorme influencia de las estadísticas en los últimos procesos electorales nacionales o departamentales)

En definitiva, las tres falacias construyen lo que llamaré presente falaz, que opera minimizando la capacidad crítica de los ciudadanos a través de varias operaciones. Multiplica abrumadoramente la cantidad de presuntos analistas del presente, da apariencia técnica a los análisis, y excluye la reflexión sobre lo único que puede otorgar sentido a la inmensa cantidad de datos que son producidos sobre el presente: la propia vivencia individual y colectiva.
En ese sentido, el presente falaz puede así hablar acerca de todo, excepto de una cosa: el individuo, sus decisiones, preocupaciones y necesidades cotidianas.
Comprender el presente, por lo tanto, se hace imposible desde esta óptica por dejar afuera el para qué y el para quién del análisis. Una verdadera comprensión comienza por cuestionar la utilidad de todo lo que se habla sobre el presente, y por pensar la vivencia humana como punto de reflexión fundante sobre el que debería asentarse todo discurso sobre la actualidad.


Horacio Bernardo (Montevideo, 1976) – Licenciado en Filosofía y escritor. Docente de Epistemología en la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (UdelaR). Docente encargado del curso “Introducción al pensamiento uruguayo” (Biblioteca Nacional, 2009, 2010). Columnista: “La filosofía y la vida cotidiana” en Radio DiamanteFM (Programa, La mañana en Camino). Ha dictado exposiciones y talleres en Montevideo, Buenos Aires, La Habana , México y Oaxaca. Obras: “Libres y esclavos” (cuentos, Ed. La Gotera , 2005), “El hombre perdido” (novela, Ed. Planeta, 2007), “Extraordinariamente solos” (novela – escritura instantánea, FONCA, México, 2008), “Esto no es una antología. Antología de narradores jóvenes uruguayos” (antólogo, Ministerio RREE – UTU, 2008), “Pensar lo regional en un contexto global” (compilador, FHCE, 2009), “Teoría de la Universidad ” (compilador, FHCE, 2009)

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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Columna "La filosofía y la vida cotidiana" - Links a audios

Estimados/as:
Comparto con ustedes los audios de la columna radial “La filosofía y la vida cotidiana” que estoy llevando a cabo desde findes de julio de 2010 en el programa “La mañana en Camino” en Radio DiamanteFM (98.7) los días miércoles a las 11.00hs.

El ciclo propone vincular temáticas filosóficas con las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos. Asimismo, presenta algunos aspectos centrales de cada tema propuesto de manera ágil y sencilla.

El desarrollo de la columna se plantea como instancias de diálogo con Alejandro Camino, conductor del programa.


AUDIOS:

¿Por qué y para qué cuestionar la vida cotidiana? – Si partimos de la base de que la filosofía es la disciplina que pone en cuestión hasta los hechos más obvios, ¿qué sentido tiene ese cuestionamiento si se lo vincula con la cotidianeidad? ¿Para qué resulta necesario hacer preguntas? ¿Cuáles son los hechos que se nos pasan desapercibidos en el día a día pero que merecen nuestra reflexión?

http://www.goear.com/listen/f3bb12e/por-que-la-filosofia-introduccion-al-ciclo-horacio-bernardo


Discutir bien, discutir mal. Los errores más comunes que cometemos en las discusiones – ¿Por qué muchas veces los argumentos más convincentes no son los más lógicos? ¿Por qué un razonamiento inteligente puede ser tomado como una trivialidad en una discusión cotidiana? ¿Qué tipo de razonamientos parecen ser coherentes pero ocultan graves errores que pasan desapercibidos? Desde la lógica, la teoría de la argumentación o la “Lógica viva” de Carlos Vaz Ferreira, se ha intentado dar cuenta de estos hechos que ocurren diariamente en las discusión tanto públicas como cotidianas.

http://www.goear.com/listen/61645cf/errores-mas-comunes-en-las-discusiones-horacio-bernardo


Los poderes que nos atraviesan en la vida cotidiana – Una vida cotidiana se desarrolla en un sinnúmero de instituciones (empresa, centros educativos, familia, etc.) ¿Cómo influye el poder de las instituciones y de los otros en la vida cotidiana? ¿Nosotros también ejercemos poder sobre otros?

http://www.goear.com/listen/ae03ea9/sobre-el-poder-horacio-bernardo


Los valores –¿Qué queremos decir cuando hablamos de nuestros valores? ¿Cómo influyen los valores en nuestras decisiones cotidianas? ¿Se pierden o se transforman a lo largo del tiempo? ¿Cuánto influye el contexto social en la elección de los valores individuales?

http://www.goear.com/listen/6875825/los-valores-horacio-bernardo


Los valores – Segunda parte – Optica Mario Sambarino - ¿Cómo se vinculan los valores con los estilos o modos de vida? ¿Existe alguna forma de clasificar todos (o casi todos) los modos de vida posible? El filósofo uruguayo Mario Sambarino nos ha dejado algunos tópicos intersantes para reflexionar al respecto.

http://www.goear.com/listen/a9d97d4/los-valores2-optica-mario-sambarino-horacio-bernardo


La nacionalidad oriental. Mitos y realidades – Entender el presente del Uruguay insume buscar los rastros del pasado que se trasladan a nuestra cotidianeidad. ¿Cómo entender nuestra identidad como uruguayos? ¿Qué mitos se esconden detrás de la nacionalidad endeble que marca un tipo de idiosincrasia actual? Esa idiosincrasia, ¿fue siempre así?

http://www.goear.com/listen/071114f/la-independencia-del-uruguay-horacio-bernardo


Uruguayos, entre europeos y latinoamericanos – En el imaginario común, el uruguayo aparece como un híbrido entre el europeo y el latinoamericano. ¿Qué causas históricas sostienen esta imagen? ¿Qué tanto responde a nuestra realidad actual?

http://www.goear.com/listen/72b5704/uruguayos-entre-europeos-y-latinoamericanos-horacio-bernardo


Sobre algunos prejuicios de lo uruguayo – A partir de afirmaciones del director de la película “Norberto apenas tarde” se genera un diálogo en torno a algunos prejuicios sobre lo uruguayo que impregnan nuestro discurso aún sin ser demasiado conscientes de ello

http://www.goear.com/listen/d687518/sobre-algunos-prejuicios-de-lo-uruguayo-horacio-bernardo


El sentido de la vida - ¿Por qué la pregunta por el sentido de la vida es la más radical y difícil que puede hacerse un individuo? ¿Qué consecuencias y compromisos implica tanto a nivel personal como con el contexto social?

http://www.goear.com/listen/61c4650/el-sentido-de-la-vida-parte-1-horacio-bernardo


El amor – Entre el afecto apacible, la sexualidad liberadora y el romanticismo con reminiscencias del amor cortés medieval, ha sido un tema tan central como trivializado en nuestra sociedad contemporánea. ¿Qué se ha entendido históricamente por amor? ¿Cuál es la dimensión social y política del amor? ¿Qué tanto es innato o socialmente adquirido? El tema ha sido abordado en tres programas:


El amor - Primera parte – Algunos aspectos históricos del amor

http://www.goear.com/listen/b31dc9e/el-amor-parte-1-horacio-bernardo


El amor Segunda parte – Algunos aspectos históricos y situación contemporánea

http://www.goear.com/listen/4d62600/el-amor-parte-2-horacio-bernardo


El amor - Tercera parte – El amor entre lo innato y lo social

http://www.goear.com/listen/95952cf/el-amor-parte-3-horacio-bernardo


Algunos aspectos del compromiso social – A partir de experiencias de la XXXIII Feria del Libro, se abre el diálogo sobre algunos aspectos del compromiso social

http://www.goear.com/listen/dbf562e/algunos-aspectos-del-compromiso-social-horacio-bernardo


Las pseudociencias en la vida cotidiana - ¿Qué tan cerca están de las prácticas cotidianas determinadas disciplinas que aparentan ser científicas? ¿Cuáles podrían ser algunos casos reconocibles?

http://www.goear.com/listen/1930f8d/las-pseudociencias-en-la-vida-cotidiana-horacio-bernardo

viernes, 8 de octubre de 2010

Columna "La filosofía y la vida cotidiana" (Radio Diamante FM)

Estimados/as:
Comparto con ustedes los audios de la columna radial “La filosofía y la vida cotidiana” que estoy llevando a cabo en el programa “La mañana en Camino” en Radio DiamanteFM (98.7) los días miércoles a las 11.oohs.
El ciclo propone vincular temáticas filosóficas con las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos. Asimismo, presenta algunos aspectos centrales de cada tema propuesto de manera ágil y sencilla.
El desarrollo de la columna se plantea como instancias de diálogo con Alejandro Camino, conductor del programa.

AUDIOS:

¿Por qué y para qué cuestionar la vida cotidiana? – Si partimos de la base de que la filosofía es la disciplina que pone en cuestión hasta los hechos más obvios, ¿qué sentido tiene ese cuestionamiento si se lo vincula con la cotidianeidad? ¿Para qué resulta necesario hacer preguntas? ¿Cuáles son los hechos que se nos pasan desapercibidos en el día a día pero que merecen nuestra reflexión?
http://www.goear.com/listen/f3bb12e/por-que-la-filosofia-introduccion-al-ciclo-horacio-bernardo

Discutir bien, discutir mal. Los errores más comunes que cometemos en las discusiones – ¿Por qué muchas veces los argumentos más convincentes no son los más lógicos? ¿Por qué un razonamiento inteligente puede ser tomado como una trivialidad en una discusión cotidiana? ¿Qué tipo de razonamientos parecen ser coherentes pero ocultan graves errores que pasan desapercibidos? Desde la lógica, la teoría de la argumentación o la “Lógica viva” de Carlos Vaz Ferreira, se ha intentado dar cuenta de estos hechos que ocurren diariamente en las discusión tanto públicas como cotidianas.
http://www.goear.com/listen/61645cf/errores-mas-comunes-en-las-discusiones-horacio-bernardo

Los poderes que nos atraviesan en la vida cotidiana – Una vida cotidiana se desarrolla en un sinnúmero de instituciones (empresa, centros educativos, familia, etc.) ¿Cómo influye el poder de las instituciones y de los otros en la vida cotidiana? ¿Nosotros también ejercemos poder sobre otros?
http://www.goear.com/listen/ae03ea9/sobre-el-poder-horacio-bernardo

La nacionalidad oriental. Mitos y realidades – Entender el presente del Uruguay insume buscar los rastros del pasado que se trasladan a nuestra cotidianeidad. ¿Cómo entender nuestra identidad como uruguayos? ¿Qué mitos se esconden detrás de la nacionalidad endeble que marca un tipo de idiosincrasia actual? Esa idiosincrasia, ¿fue siempre así?
http://www.goear.com/listen/071114f/la-independencia-del-uruguay-horacio-bernardo

Uruguayos, entre europeos y latinoamericanos – En el imaginario común, el uruguayo aparece como un híbrido entre el europeo y el latinoamericano. ¿Qué causas históricas sostienen esta imagen? ¿Qué tanto responde a nuestra realidad actual?
http://www.goear.com/listen/72b5704/uruguayos-entre-europeos-y-latinoamericanos-horacio-bernardo

Los valores –¿Qué queremos decir cuando hablamos de nuestros valores? ¿Cómo influyen los valores en nuestras decisiones cotidianas? ¿Se pierden o se transforman a lo largo del tiempo? ¿Cuánto influye el contexto social en la elección de los valores individuales?
http://www.goear.com/listen/6875825/los-valores-horacio-bernardo